sábado, 24 de febrero de 2007

VALIOSA SANGRE

VALIOSA SANGRE
“en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,” (Ef 1:7)En este versículo del primer capítulo de la carta a los Efesios, encontramos lo importante que es conocer nuestra posición y ubicación, cuando Dios nos escoge nos ubica, tal es el caso de Adán cuando lo forma, sopla sobre él y luego lo ubica en el jardín del Edén. Es decir lo prepara, le da de su naturaleza para que pueda desarrollarse en el lugar donde el Padre mismo lo coloca. Sin espíritu Dios no te va a colocar en el huerto, es demasiado alto el precio de lo que hay en el huerto que colocan a un Adán lleno de espíritu. Para tener huerto es necesario estar insuflado por Jehová. Al colocar a Adán en el huerto Jehová le dice: seńorea en el huerto (Gn 2:8-25).
Espiritualmente nos deben sacar de la tierra, es decir nos deben extraer de lo de abajo, ya no somos de abajo, somos de arriba (Col 3:1-3), pero todavía nos están “insuflando” Espíritu, nos están preparando para heredar huerto, ahí hay oro, frutos, animales para que les pongas nombre y seńorees sobre de ellos. Existen tres fases en este ejemplo:
1. Formación
2. Insuflamiento
3. Ubicación.
Notemos que a Adán le dan a Eva una vez ubicado en el Edén no antes, esto nos enseńa a que antes de casarnos debemos de estar correctamente ubicados, material y espiritualmente. Cuando estos caen Dios llega a hablarles, Dios no deja de hablar con sus hijos aunque estos caigan, y les pregunta: żDónde estás tú?, es decir estaba tratando de ubicarlos de nuevo, el pecado te pone atrás, te aleja, Dios te pone adelante, te acerca.
Si volvemos a la carta a los Efesios Pablo menciona que todo es hecho según nuestra posición. Por eso es que muchas personas se preocupan más por su condición que por su posición, las personas se definen muchas veces por su condición, no por su posición, y no ven que la condición actual es temporal.
El Dios que colocó a Adán en el huerto nos está colocando en algo mayor, es decir su hijo amado, lo que para Adán fue el huerto, para nosotros es Cristo. En el huerto estaba toda la riqueza escondida y destinada para su hijo Adán, por eso Dios desea posicionarnos. Por eso no debemos ver la condición temporal en la que estamos, cuando hacemos eso exaltamos nuestra condición terrena. Por eso no debemos atarnos a nuestra condición temporal, indaguemos mejor e investiguemos żcuál es nuestra posición eterna?
Dios no nos ve en la condición actual temporal sino que nos ve para lo que fuimos hechos o nos ve posicionados. La sociedad actual evalúa a las personas por lo que se les ve temporal, hasta la iglesia a hecho eso. Lo que estamos atravesando en este momento es temporal, no debemos ser condicionados, si estamos pasando por una prueba recordemos que es temporal.
Dios es experto en trasponer, en colocar, a veces parece que somos del cielo y otras veces como si fuéramos de la tierra. Nuestra condición temporal tiene tiempo de expiración, es caduca, pero nuestra posición eterna nadie nos la puede quitar. Por eso debemos dirigir nuestra vida por nuestra posición y no por la condición temporal.
Por eso es que Pablo enfatiza que fuimos bendecidos EN Cristo (Ef 1:3) no busquemos en la dimensión terrenal nuestra bendición. Podemos ver que Dios es eterno, pero el diablo no, el tiene su destino marcado, por eso el mundo desea hacernos súbditos de lo temporal.
En la primera carta de Pedro capítulo 1, versículos 18 y 19, podemos ver “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,” y Pedro le dice a aquel paralítico, no tengo oro ni plata, pero lo que tengo te doy, (Hch 3:6) lo que está tratando de enseńarnos el apóstol Pedro es que el reino de Dios no es hecho de esto temporal, ni de cosas pasajeras, La sangre de Cristo con la cual el cordero nos salvo es eterna, no temporal, a veces le ponemos más atención a las cosas y no a la persona de Jesús como nuestro Salvador.
Cuando vemos a una persona no nos condicionemos por la situación temporal que se ve, sino por la posición eterna que tenemos por la sangre de Cristo. Pedro habla de sangre que no se corrompe, los maduros no se dejan envolver por el oro y la plata, eso no significa que no lo usan, sino que no se dejan llevar por ello sino por la sangre de Cristo.
Pablo menciona que había aprendido a contentarse cualquiera que fuera su situación, si tenía abundancia en una situación estaba contento, si tenía escasez estaba contento, porque Pablo sabía que era temporal, había aprendido a ser humilde. Y dice Pablo en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo EN Cristo que me fortalece”, es decir que el conocía su posición, notemos que no dice todo lo puedo con, sino EN. Pablo sabía donde estaba, la persona que sabe donde esta, puede estar sin abundancia y con abundancia. Por lo tanto es necesario pasar por la escuela de abundancia y la de escasez. A Dios no le sorprende que tengamos nada o todo, a Él le interesa nuestra ubicación.
Él mismo Jehová dentro del huerto le pregunto a Adán “żDónde estás tú?” y ahora nos pregunta a nosotros żDónde estamos?, żEn quién estamos?, necesitamos estar correctamente ubicados, algo sumamente interesente que encuentro en esta situación es que en el huerto sacan a Adán por el pecado pero ahora a nosotros por pecadores nos introducen en Él nuevamente, bendita sea la misericordia de Dios.
Salomón lo que pidió fue sabiduría, no riquezas, muchos días para el, ni la vida de los enemigos (1Re 3:11) “cosas temporales” Dios lo bendijo no solo con sabiduría sino con todo lo demás. Es necesario ponerle más atención a nuestra posición que a nuestra condición temporal. Pero debemos creer.
En el mismo libro de Efesios capítulo 2, encontramos “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,”.
El mismo que ubicó a Adán nos ubicó a nosotros también, en lugares celestiales. Una vez sentado en su trono Jesús, el Padre coloca a los enemigos debajo de sus pies.
Si volvemos a la cita inicial podemos ver que en Él fuimos redimidos, y nos cambian de posición, cuando Jesús vino a redimirnos no podía tomarnos sin ofrecer un pago, sino tuvo que decir en la cruz, “todo es consumado”, la palabra consumado, puede traducirse como “todo fue pagado”, “el pago hecho es”, estos son libres, ahora valen la preciosa sangre.


Pastor. Ricardo Pantoja Cruz

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