miércoles, 21 de febrero de 2007

.EL PODER DE SU CUERPO

.EL PODER DE SU CUERPO

Cristo Jesús siempre guerreó en su ministerio terrenal, sin demostraciones ni alardes, su Cuerpo irradiaba poder, tanto que su manto sanaba, salía de El virtud. Ahora, la iglesia, su cuerpo místico, es asistida por el poder de Dios y tiene una gran responsabilidad. Pero para cumplir deben ser abiertos los ojos del corazón. Como cuerpo místico de Cristo, tenemos acceso a los lugares celestiales en el espíritu, por medio de nuestra cabeza (Cristo Jesús) y por nuestra parte caminamos como pies del cuerpo en la dimensión terrena. Como un cuerpo que vive en dos dimensiones.

Todos los siervos declaraban el poder de Dios en ellos, mayor que el del diablo. Por ejemplo: Mas fuerte es El de adentro (1a. Jn. 4:4)....resistid al diablo y éste huirá (Stgo. 4:7)... es que el que cree en El hace las obras de El y mayores. Cuerpo de El somos (Ef.1:23), como “Jesuses”. De allí que en cierto momento se pueda decir: “ ya no vivo yo es Cristo quien vive en mi (Gal.2:20).. Entonces, las obras ya no son las nuestras, sino son las de El. Realmente en el contexto de la carta a los Efesios, hay un acta de guerra espiritual, favorable a la iglesia, Cuerpo Místico de Cristo.

El poder que resucitó a Jesús, habita en nosotros. Sin embargo, fracasamos porque no estamos conscientes del la extraordinaria grandeza del poder de Dios para con nosotros. Pablo oró porque se abrieran los ojos de los efesios y entendieran esto (Ef.1:18-20). Con nuestros ojos iluminados tendremos conciencia de:

La esperanza de nuestro llamamiento,
Las riquezas de la gloria de su herencia en nosotros,
La extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros,
La eficacia de la fuerza de su Poder.

Con ese poder lo sentó en los lugares celestiales y nosotros con El (Ef.1:20; 2:6).

Con Cristo NOS resucitó y sentó en lugares celestiales (Ef.2:6). Entonces: żEstamos en el cielo y en la tierra? Como su cuerpo místico que somos, tenemos el acceso y podemos sentarnos con Cristo a la derecha del Padre. De allí que la iglesia accede a dos dimensiones:
Por el Espíritu, en Cristo, estamos viendo al Padre. Nos podemos acercar al trono de la Gracia (Heb.4: 16). Nuestra cabeza (Cristo Jesús) esta sentado a la diestra del Padre.

Los pies del Cuerpo Místico, nosotros, como peregrinos caminamos en la dimensión terrena.

El Cuerpo con la cabeza en el cielo y miembros en la tierra, estamos unidos en el Santo Espíritu (1a. Cor.6: 17). Somos un sólo cuerpo con El y en El.

Bajo los pies de Cristo está todo poder, seńorío y nombre (Ef.1:21, 22). Sentó a Cristo Jesús más arriba de todo. Puso a Cristo como cabeza de su Cuerpo (la iglesia) y esos pies del cuerpo, tienen abajo al enemigo. El Dios de Paz pronto pondrá al enemigo bajo nuestros pies (Rom.16: 20). Nótese: ...Todo poder ME ha sido dado, vayan y hagan discípulos, sanen enfermos. Somos El en El. Un misterio anunciado por el Apóstol Pablo: Cristo Jesús y la iglesia, como esposo y esposa, una sola carne (Ef. 5:31).

El Espíritu Santo, es el vínculo perfecto que nos trae toda bendición y obra de Dios. Cuando ya no estamos en nuestra obras, sino en las de Dios (Ef.2:10), Cristo es en nosotros, “somos Jesús”, ese es el mayor objetivo, no la guerra espiritual con demonios. Como El es, así debemos ser nosotros en este mundo (1a.Jn. 4:17). El mayor objetivo y estrategia en la guerra espiritual es traer la persona de Jesús a nosotros para que sean en nosotros sus obras.

La cabeza, Cristo Jesús y su cuerpo, la iglesia, tienen victoria tanto en las dimensiones celestiales como en las terrenas. Recuérdese esta declaración: ..Dijo el Seńor a mi Seńor, siéntate a mi diestra (alto las dimensiones celestes) hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies (nosotros en dimensión terrena), (Sal 110: 1). Jehová profetizó, ahora la iglesia anuncia a los principados y potestades la participación de la iglesia en la victoria de Cristo Jesús, en las dimensiones celestes y en la terrena.

Pastor. Ricardo Pantoja Cruz

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